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A pesar de tener un gran instinto maternal, muchas madres se han dado un portazo a la realidad cuando se han encontrado perdidas y confundidas ante la llegada de su bebé. Incluso, puede que no hayan sentido esa felicidad radiante que ven en las publicaciones de las madres asiduas en las redes sociales, y es que, por los cambios hormonales que presenta el cuerpo, es normal sentirse diferente las primeras semanas, pero si esta tristeza y angustia se extiende por varios meses, tienes que saber que no eres la única madre con ese problema.
De acuerdo a la investigación realizada por el Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento de la Universidad de Granada, la depresión posparto tiene una incidencia mundial del 15%, y está incluida en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, bajo la denominación de “trastorno depresivo durante el período perinatal”.
Y, además de la evidencia científica que muestra a los factores genéticos o epigenéticos durante la gestación como causas a la depresión posparto, también, hay que tener muy en cuenta la influencia del contexto y la personalidad de la mujer, como, por ejemplo, cuáles son sus expectativas, carencias, anhelos y percepciones de la realidad, en cuanto a sí misma y a su papel como madre.
Es así que, para que la depresión no se prolongue, es importante saber que el insomnio, la fatiga, la tristeza, la desesperanza y la presión social, se pueden contrarrestar contando con una red de apoyo, evitando comparaciones con otras madres y, por supuesto, buscando ayuda especializada.
Fuente consultada:
Caparros, R, Romero, B., Peralta, M. (2020) Depresión posparto, un problema de salud pública mundial. Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento, 28(1), 42-57. https://doi.org/10.26633/RPSP.2018.97
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